Dolores intensos, agudos y crónicos por afecciones reumáticas, cefaleas, traumatismos y operaciones. Dolores intensos asociados a espasmos de la musculatura lisa, agudos o crónicos. Espasmos musculares, cólicos que afecten el tracto gastrointestinal, a las vesículas biliares, a los riñones o a las vias urinarias bajas. Para reducir la fiebre cuando otras medidas (por ejemplo compresas frias) no resultan eficaces.